Stick No Bills

Cuando la emprendedora británica Meg Gage Williams paseaba por las tranquilas calles de Palma tras el levantamiento de las restricciones durante la pandemia mundial de COVID-19, solía pasar junto a la imprenta más antigua en activo del Mediterráneo Occidental: la Imprenta Nueva Balear. Ubicada cerca del Corte Inglés, en Avenidas, Meg se asomaba a través de las ventanas para observar el atractivo espacio industrial, con sus altos techos, suelos de piedra y el sonido de las impresoras trabajando al otro lado de la pared.

Un día, ella y su difunto esposo, Philip James Baber, decidieron llamar a la puerta y fueron recibidos por el propietario, Roberto Aguiló Moro. Allí descubrieron un taller bellamente conservado y aún en pleno funcionamiento, que lleva operativo desde 1913.

Meg recuerda: «La familia Aguiló ha estado al mando de la imprenta durante 112 años. Roberto y su padre siguen realizando impresiones tipográficas de primera calidad con sus máquinas Albert Rosenthal y Heidelberg Medusas de 12 toneladas, que su bisabuelo y su abuelo pusieron en marcha por primera vez en 1913 y 1960, respectivamente.»

Desde el primer momento, Meg y Philip supieron que querían trabajar con Roberto y su hermana Belén, quienes ahora gestionan el negocio familiar. Descubrieron que había un espacio disponible en la imprenta y les surgió una idea: ¿por qué no proponerlo como una galería para su iniciativa global Stick No Bills, que muestra lo mejor de la rica historia del cartelismo de Mallorca y las Islas Baleares?

Stick No Bills nació cuando Meg y Philip vivían en la costa suroeste de Sri Lanka, en la selva, gestionando un hotel de surf mientras criaban a sus dos hijas pequeñas. Ambos eran apasionados coleccionistas de carteles vintage, adquiridos durante sus viajes por el mundo. Sin embargo, fue en Galle Fort, Sri Lanka, en 2011, cuando imaginaron un futuro para su pasión por el cartelismo: un futuro que pudiera inspirar a una nueva generación de viajeros a visitar Sri Lanka, mientras apoyaban a su nueva comunidad destinando un porcentaje de las ganancias de las ventas a organizaciones humanitarias y de conservación locales, como la Fundación del Patrimonio de Galle Fort y la Fundación para la Vida Silvestre de Sri Lanka.

Tras fundar Stick No Bills en Sri Lanka y abrir otras dos galerías, la pareja se mudó a Mallorca, donde, al descubrir la Imprenta Nueva Balear y conocer a Roberto, se dieron cuenta de que allí podían replicar lo que habían creado en Sri Lanka.

Meg comenta: «Mientras conversábamos y pasábamos tiempo con Roberto revisando su increíble archivo, hablamos sobre el pasado y el futuro, y nos dimos cuenta de que compartíamos una visión común: desempolvar y digitalizar lo mejor del archivo de la imprenta, recopilado durante décadas, y luego abrir las puertas de este maravilloso edificio histórico al público por primera vez. Utilizar nuestra experiencia en cartelería para revitalizar el espacio físico y ayudar a que su historia resuene en todo el mundo.»

«Hoy, al entrar en esta gigantesca y elegante imprenta de techos altos, te transportas a la Mallorca del siglo pasado, mientras que nuestra artesanía y dedicación conjuntas también ofrecen una visión dinámica, engalanada con nuestras obras de cartelería impecablemente remasterizadas. Todo ello, cuidadosamente seleccionado y con las autorizaciones necesarias para su lanzamiento aquí mismo.»