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Fornalutx, Mallorca

Una guía de Fornalutx, Mallorca

Por Claire Miller

23/7/25

Escondido en la impresionante Serra de Tramuntana, en la costa noroeste de Mallorca, Fornalutx es considerado por muchos como el pueblo más bonito de España, y no es difícil entender por qué. Con apenas unos cientos de habitantes, sus callejuelas empedradas, casas de piedra, bancales de huertos y paisajes montañosos han conquistado a los visitantes durante generaciones. Ya sea por su encanto rústico, sus rutas de senderismo o sus animadas fiestas populares, Fornalutx es una parada obligatoria para quienes quieren conocer la auténtica vida mallorquina.

Geografía y principales atractivos

Fornalutx se ubica a unos 150 metros de altitud, en pleno Valle de Sóller, rodeado de escarpados olivares y terrazas de cítricos. El pueblo está dominado por el Puig Major, la cumbre más alta de Mallorca, con 1.445 metros. Todo el entorno forma parte de la Serra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a sus bancales de piedra seca y sus peculiares construcciones agrícolas. La sierra protege a Fornalutx de los vientos y le otorga un microclima agradable: más fresco que la costa en verano y suave en invierno. Olivos centenarios, naranjos, pinares y picos de piedra caliza componen un paisaje verde y exuberante. El compromiso de Fornalutx con la conservación de su patrimonio le ha valido varios premios de protección y embellecimiento. Sus empinadas escaleras de piedra, tejados de tejas rojas y balcones llenos de flores le dan un aire atemporal, muy lejos del bullicio de las zonas más turísticas de la isla.

Un vistazo a su historia

La historia de Fornalutx se remonta a más de mil años, cuando era un pequeño asentamiento agrícola de origen morisco. Se cree que su nombre deriva de la palabra catalana para “horno”, en referencia a los hornos que se utilizaban en la zona. Tras la conquista catalana de Mallorca en el siglo XIII, el pueblo pasó a formar parte del Reino de Aragón y empezó a crecer con la construcción de casas de piedra, iglesias y bancales de cultivo.

Durante siglos, Fornalutx dependió administrativamente de Sóller, hasta que en el siglo XIX se convirtió en municipio independiente. Hoy, muchas casas conservan su mampostería original, contraventanas de madera y azulejos decorativos. Vecinos y autoridades han trabajado durante años para recuperar las fachadas tradicionales, eliminando enlucidos modernos y dejando a la vista la piedra dorada que caracteriza al pueblo.

Qué ver y qué hacer

Visitar Fornalutx es, ante todo, tomarse el tiempo para disfrutar de su ambiente. El mejor punto de partida es la Plaza de España, el corazón del pueblo, rodeada de cafeterías y una pequeña panadería. Es el lugar ideal para sentarse a tomar un café o saborear un pastel recién hecho mientras se observa la vida cotidiana.

Presidiendo la plaza está la iglesia parroquial, cuyos orígenes datan del siglo XIII, aunque fue reformada en siglos posteriores. A su lado se levanta la antigua torre de defensa, que hoy alberga el ayuntamiento y un reloj con varios siglos de historia.

Pero el verdadero encanto de Fornalutx se descubre caminando sin rumbo por sus callejones escalonados. Las casas de piedra lucen balcones llenos de geranios y buganvillas, y pequeños detalles —puertas talladas, azulejos numerados, fuentes antiguas— cuentan la historia rural del pueblo.

Para los amantes del senderismo, Fornalutx es el punto de partida de algunas de las mejores rutas de la isla. La famosa Ruta de la Piedra en Seco (GR-221) atraviesa el pueblo y conecta con senderos que se adentran en la montaña. Uno de los paseos más populares lleva al Mirador de ses Barques, con vistas panorámicas del valle de Sóller y la costa. Los más aventureros pueden ascender al Puig de l’Ofrè o, con permiso especial, al Puig Major, ya que forma parte de una zona militar.

Los ciclistas también encuentran en Fornalutx un paraíso. Las carreteras de montaña, como la espectacular MA-10, serpentean entre paisajes increíbles y curvas cerradas, lo que la convierte en una de las rutas ciclistas más famosas de Europa.

Gastronomía local

A pesar de su tamaño, Fornalutx presume de una excelente oferta gastronómica. Restaurantes y cafés sirven platos típicos mallorquines como el tumbet (un guiso de verduras), cochinillo, cordero a la brasa y pescado fresco. Muchos productos se cultivan en los huertos de los alrededores. No dejes de probar las ensaimadas de la panadería local, un dulce espiral imprescindible en la isla.

Fiestas y tradiciones

Para ser un pueblo tan pequeño, Fornalutx celebra numerosas fiestas tradicionales. La más importante es la Festa de la Mare de Déu, a principios de septiembre, con puestos de comida, música, bailes, fuegos artificiales y la tradicional procesión de toros, una costumbre antigua y todavía muy arraigada, aunque controvertida.

Otros eventos destacados son la Cabalgata de los Reyes Magos en enero y las celebraciones de Sant Antoni y Sant Sebastià en invierno, con hogueras, música y desfiles para honrar a los santos y proteger a los animales. Quienes visiten entre enero y febrero disfrutarán además del espectáculo de los almendros en flor, que tiñen el valle de rosa y blanco.

Consejos prácticos

Fornalutx está a pocos kilómetros de Sóller, que se conecta con Palma mediante un pintoresco tren de madera. Muchos visitantes llegan en coche o caminando desde Sóller. Hay algo de aparcamiento en la entrada del pueblo. Pequeños hoteles boutique y pensiones ofrecen alojamiento con encanto, ideal para quienes buscan tranquilidad y naturaleza. La mejor época para visitarlo es en primavera o principios de otoño: hace buen tiempo, los senderos están verdes y hay menos turistas. El verano también es una opción fantástica, pero puede haber más afluencia, sobre todo en fechas festivas.

Tanto si vienes a recorrer senderos, perderte por sus callejones empedrados, saborear la cocina local o simplemente sentarte en la plaza a ver pasar la vida, Fornalutx te regalará un trocito de la Mallorca más auténtica y pausada. Es el lugar perfecto para detenerse, respirar aire puro de montaña y entender por qué esta joya escondida enamora a todos los que la descubren.

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