Gastronomía
Delicias tradicionales mallorquinas de Semana Santa -
Frit Mallorquín
POR MAR PIRIS

En el corazón de las cocinas mallorquinas, una preciada tradición culinaria aguarda durante la Semana Santa: el Frit Mallorquín. Este plato icónico, profundamente arraigado en el patrimonio gastronómico de la isla, combina tierno cordero, sabrosas asaduras y una mezcla de especias aromáticas para crear un plato que personifica la esencia de la cocina mallorquina.
El frit mallorquín es un plato con una larga historia, cuyos orígenes se remontan a siglos atrás. Se cree que tiene influencias sefardíes, con similitudes con los guisos judeo-sefardíes y árabes. Se pueden encontrar referencias a este delicioso plato en antiguos recetarios como el Llibre de Sent Soví, que data del siglo XIV, lo que atestigua su perdurable popularidad e importancia en la cocina mallorquina.
Ingredientes:
Despojos de cordero joven o cochinillo pequeño
1 manojo de cebolletas
1 pimiento rojo grande
4 patatas medianas
Se pueden añadir guisantes al plato según preferencia.
4 dientes de ajo
2 hojas de laurel
3 chiles pequeños
1 manojo de hinojo
Sal, pimienta, pimentón dulce
Aceite de oliva

Método:
Para embarcarse en la aventura culinaria del Frit Mallorquín , una preparación meticulosa es clave. Comience cortando todos los ingredientes en trozos pequeños, procurando que tengan un tamaño uniforme. Las cebolletas deben picarse finamente, mientras que las patatas se cortan en dados pequeños.
Prepare las vísceras cortándolas en trozos pequeños y marinándolas con sal, pimienta, ajo y laurel. A continuación, saltéelas hasta que estén bien cocidas y resérvelas en una cazuela.
En la misma sartén, sofreír las cebolletas con sal, pimienta y ajo, y añadir hinojo finamente picado. Una vez blandas, transferirlas a la cazuela con las asaduras.
Continúe creando capas de sabor salteando ajo, laurel y chiles en la sartén, añadiendo un toque de pimentón dulce para intensificar el sabor. Combine con la mezcla de vísceras en la cazuela.
Por último, saltee las patatas cortadas en dados con ajo y sal hasta que estén doradas. Añádalas a la cazuela, mezclando todos los ingredientes. Deje que los sabores se integren a fuego lento, aportando al plato riqueza y complejidad. Sirva el Frit bien caliente, para que cada bocado le transporte a las cocinas rústicas y las mesas festivas de Mallorca.
Con la llegada de la Semana Santa, sumérgete en el espíritu de la tradición y saborea los sabores de Mallorca con este manjar ancestral. El Frit Mallorquín no es solo un plato; es una celebración del patrimonio, la cultura y la alegría de reunirse para disfrutar de una comida con los seres queridos.